VI Domingo TO 2025
14 de febrero de 2025
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas».
SALMO RESPONSORIAL:
DICHOSO EL HOMBRE QUE HA PUESTO SU CONFIANZA EN EL SEÑOR
Comentario a la Palabra
La liturgia de este sexto domingo del Tiempo Ordinario nos presenta una enseñanza fundamental sobre la vida cristiana: la bienaventuranza de quienes confían en el Señor y la advertencia para aquellos que ponen su seguridad en el mundo. Las lecturas nos invitan a examinar en qué o en quién estamos depositando nuestra confianza y qué camino estamos siguiendo en nuestra vida.
En la primera lectura, tomada del libro de Jeremías (Jer 17,5-8), el profeta nos plantea dos caminos: el del hombre que confía en sí mismo y en los bienes materiales, y el del que confía en el Señor. El primero es comparado con un arbusto en el desierto, seco y sin vida. El segundo, con un árbol plantado junto al agua, que da fruto incluso en tiempos difíciles. Esta imagen es poderosa: si nuestra vida se fundamenta en nuestras propias fuerzas o en seguridades humanas, tarde o temprano nos encontraremos vacíos y sin esperanza. Pero si nos apoyamos en Dios, Él nos sustentará incluso en medio de la adversidad.
El Salmo 1 refuerza esta idea: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor”. La felicidad verdadera no está en la autosuficiencia, en el poder o en la riqueza, sino en una vida arraigada en la Palabra de Dios, meditada y vivida cada día.
San Pablo, en la segunda lectura (1 Cor 15,12.16-20), nos recuerda la esencia de nuestra fe: la resurrección de Cristo. Nuestra confianza en Dios no es solo para esta vida terrena, sino para la eternidad. Si Cristo no ha resucitado, vana sería nuestra fe. Pero Él ha vencido a la muerte, y esto nos da una esperanza firme. No estamos llamados a vivir solo para el presente, sino con la certeza de que Dios nos ha preparado una vida plena en él.
Finalmente, en el Evangelio de Lucas (Lc 6,17.20-26), Jesús proclama las bienaventuranzas y los ayes. ¡Qué desafiante es este mensaje para el mundo de hoy! Felices los pobres, los que lloran, los perseguidos... Pero, ¿cómo puede ser esto una felicidad? La clave está en que Jesús no habla de una felicidad mundana, sino de la verdadera alegría del Reino de Dios. Los pobres de espíritu son aquellos que dependen totalmente de Dios; los que lloran, aquellos que, con humildad, reconocen su necesidad de Él; los perseguidos, los que viven con coherencia su fe. En cambio, los “ayes” advierten a quienes se han acomodado en una falsa seguridad, en las riquezas, en la superficialidad del mundo.
Hermanos, este domingo Jesús nos pregunta: ¿Dónde está puesta nuestra confianza? ¿Estamos arraigados en Dios o en las seguridades pasajeras del mundo? Esta es una invitación a revisar nuestro corazón y a confiar plenamente en Él, sabiendo que solo junto a Dios podemos encontrar la verdadera felicidad. Que el Señor nos dé la gracia de vivir las bienaventuranzas y de ser testigos de su amor en el mundo.
Fray Dailos José Melos González O.P.
Real Convento de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife)
www.dominicos.org/predicacion
Oración
Señor,
Tú nos ofreces en las Bienaventuranzas el camino de la vida nueva que nos viene con tu Reino de justicia, de amor y de paz.
Sabemos que nosotros somos pobres, que nos conformamos con una vida superficial y mediocre, pero tu testimonio despierta en nosotros el deseo de seguirte.
Realiza el milagro de hacernos más semejantes a Ti, que no nos cansemos de seguir tus pasos.
Que descubramos que la felicidad está unida a la misericordia pues es el corazón palpitante del Evangelio.
Porque nos sabemos amados y perdonados, haz que tengamos un corazón capaz de ver las necesidades de nuestros hermanos y unas manos que acojan y acompañen.
Que no habite en nuestro corazón la indiferencia, la búsqueda de nosotros mismos, que sigamos tu lógica de amor.
Amén.
Encuentro Vocacional
Si estás en búsqueda, este es tu sitio. El próximo 7, 8 y 9 de marzo tendrá lugar, en Caleruega, el encuentro vocacional con el lema "Peregrinos de la esperanza".
Está pensado para jóvenes entre 18 y 40 años, con carisma dominicano y que necesiten un proceso de discernimiento. El objetivo de este encuentro es fomentar la cultura vocacional atendiendo a todas las vocaciones de la Iglesia, desde un carisma dominicano.
Por eso, os animamos a buscar personas de la pastoral que estén vinculadas a la Familia Do-minicana y les pueda ayudar este encuentro.
Precio: gratuito (los/las asistentes asumen el coste de desplazamiento)
Inscripción: https://forms.gle/DiyQkZSzMWTgwoNb6